Reforma laboral: por tierra, mar y aire


22 feb 2012



Por Joan Coscubiela, diputado de ICV-EUiA y ex secretario general de la Comissió Obrera Nacional de Catalunya.


Haciendo honor a sus orígenes ideológicos, el Gobierno del PP ha puesto en marcha una ofensiva con la que aprovechar la crisis económica para provocar una ruptura en el modelo de relaciones laborales democrático y de paso cargarse la capacidad de los sindicatos y de la negociación colectiva.

Joan Coscubiela
La ofensiva esta utilizando todos los medios a su alcance. Unos son medios democráticos - su mayoría absoluta en las Cortes -. Otros, la falsedad, la mentira y el engaño nos recuerdan los peores momentos del siglo XX. Y suponen no sólo un ataque frontal al derecho de los trabajadores, sino una grave involución democrática.

En esta ofensiva por Tierra, Mar i Aire esta jugando un papel importante su División Mediática Brunete. Rajoy sabe que para ganar en el Congreso le basta con su mayoría absoluta, reforzada como siempre en temas socio-económicos por Convergencia I Unió, en su papel de punta de lanza de las concepciones económicas más ultraliberales. Pero el presidente del Gobierno sabe también que esta victoria parlamentaria se le puede volver en contra si no gana la batalla en la sociedad. Y es en este terreno en el que esta utilizando todos los medios a su alcance, incluidos la descalificación de las organizaciones sindicales a partir de concepciones más propias de un régimen autoritario, que quisiera ver como desaparecen los contrapoderes sociales, que de un estado social y democrático de derecho.

Para ello, su primera decisión estratégica es utilizar a las personas paradas como escudo humano con el que justificar su reforma. Así apela a la situación de los 5,3 millones de parados como coartada para acabar con los que el llama privilegios, refiriéndose a los derechos colectivos e individuales de los trabajadores. Se trata,es obvio, que los desempleados vean en los trabajadores con derechos su enemigo y a Rajoy su Salvador. Y de paso neutralizar a los trabajadores con empleo a través del sentimiento de culpabilidad que les transfiere el PP por tener derechos, mientras los parados no tienen ni tan siquiera empleo. Zaratrusta en estado puro y sentimiento de culpa judeo-cristiano como gran arma de paralización masiva

El segundo pilar de la estrategia comunicativa del PP es la falsedad de culpabilizar a la legislación laboral del nivel de paro de nuestro país. Es igual que en el debate sindicatos y nuestro grupo aportemos datos que impugna esa falsa relación causa efecto. Con la misma legislación hay CCAA con el 12% de desempleo y otras con el 32%. Con esa misma legislación hay CCAA y sectores que tienen tres veces menos temporalidad que otros. Con esa misma legislación, las empresas exportadoras españolas que además son las que actúan en un entorno más competitivo han mantenido su cuota exportadora y su volumen de empleo, a pesar o precisamente de tener plantillas con trabajadores con mejores salarios comparativos y menos temporalidad. El empleo autónomo es el que más puestos de trabajo ha destruido durante la crisis, el 18% de los existentes en 2007, frente a un 9% del empleo asalariado destruido; y todo el mundo sabe que a los autónomos no se les aplica la legislación laboral. Con un modelo de relaciones laborales absolutamente desregulado, como al que aspira el PP, Irlanda ha destruido en los años de la crisis un 13% de su empleo, mucho más que España. Todos estos datos y muchos más impiden continuar con la falsedad de que es la legislación laboral la que provoca estas caídas del empleo en momentos de crisis. Pero ante los datos, el Gobierno mira hacia otro lado, elude el debate y se limita a repetir una y otra vez su falsedad, que es eficientemente difundida por la División mediática Brunete.

No contentos con justificar su reforma en falsedades, la presentación y explicación de la misma se hace con mentiras. Desde la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el Real Decreto Ley 3/2012 esta siendo vendido con mentiras tales como que es equilibrado, que garantiza los derechos de los trabajadores, que solo se limita a acabar con privilegios. O que afecta por igual al poder de sindicatos que a las patronales. Se esconde que el RD ley permite la modificación unilateral de condiciones de trabajo que no solo afectan a los términos de la prestación de trabajo, sino que irrumpen en la vida de las personas - especialmente las mujeres - con los cambios unilaterales y sin control de jornada o de salarios. Se dice que se apuesta por la formación y el contrato de aprendizaje y formación reduce del 25% al 15% las horas dedicadas a formación a partir del segundo año. Se dice que simplifica la contratación y lo que se hace es mantener todas las modalidades de contrato menos la más protegida y se crea un contrato de crisis con un período de prueba de un año en unos momentos en que la media de contratos no supera los seis meses. Se dice que termina con la dualidad y se genera más segmentación, entre trabajadores antiguos y nuevos, entre trabajadores de grandes empresas y los de menos de 50 trabajadores. Se dice que no toca los derechos de loa trabajadores actuales y se facilitan y abaratan las condiciones de los despidos, regulando incluso la aplicación retroactiva de los límites en la indemnización. Y así hay mil ejemplos de mentiras en la explicación de la reforma. Se dice que la desparición de la autorización administrativa previa en los ERES es substituida por el acceso a los Tribunales y en otro articulo se limita al máximo la tutela judicial, intentando impedir que los jueces puedan entrar a juzgar la causalidad, razonabilidad y proporcionalidad de las decisiones propuestas de las empresas, como sucedía hasta ahora.

La reforma laboral se basa en una falsedad, se explica con mentiras y se justifica con un engaño. Se dice que va a contribuir a crear empleo y que dificulta su destrucción. Y es ahí, donde la estrategia goebbeliana de la División mediática Brunete comienza a hacer aguas. Como Rajoy y su gobierno saben que la asfixia financiera de las empresas, las políticas de ajuste fiscal drástico y la pérdida de salarios va a provocar un incremento del desempleo, comienzan a matizar sus afirmaciones. El discurso de Rajoy comenzó diciendo que en el 2012 no se reduciría el paro, luego incluso se acepta que durante el 2012 se incrementara el desempleo. Y para curarse en salud se reconoce que la reforma laboral no va a crear empleo a corto plazo, solo a medio o largo plazo, cuando se reactive la economía. Por supuesto, cuando se reactive la economía se creara empleo, pero también se crearía igualmente con la legislación laboral anterior a 2011. Es precisamente lo que venimos diciendo algunos para desmontar tanta falsedad. Conviene recordar que con la legislación que ahora se deroga, el empleo en España creció entre 1995 y el 2007 en un 62,7%, diez veces más que en Alemania (6%) y 5 veces más que la media de la UE (12%). Desgraciadamente este crecimiento lo fue sobre arenas movedizas, por eso en 4 años se han destruido más de 2,5 millones de empleos, de los cuales el 55% corresponden a la construcción, mientras la población activa continua creciendo.

Es cierto, cuando se reactive la economía se creara empleo, pero será mucho más precario y con menos derechos. Porque este es el verdadero objetivo de la reforma. El objetivo de esta reforma es coyuntural, forzar a la baja los salarios como salida de la crisis, pero lo hace con medidas estructurales - la única verdad de Rajoy la reforma es estructural -. Se pretende diseñar un modelo de relaciones laborales donde los trabajadores individual y colectivamente tengan menos posibilidades de negociar sus condiciones de trabajo y en consecuencia se produzca una redistribución de rentas, de los salarios a los beneficios.

El verdadero y oculto motivo de la reforma es disciplinar para el futuro la fuerza de trabajo y para ello, intimidar a los trabajadores y debilitar la negociación colectiva o limitar la actuación de los sindicatos es el camino.

Por eso, Rajoy y los poderes económicos a los que representan saben que para ganar esta batalla, deben aprovechar la crisis para cargarse a las organizaciones sindicales y sus instrumentos, la negociación colectiva y la intervención sindical en los centros de trabajo.

Y es con el fin de alcanzar este objetivo estratégico que se ponen en marcha todos los medios al alcance de la Brunete mediática, por Tierra, mar y aire.

Afortunadamente en las manifestaciones del domingo 19 de febrero los trabajadores/ras y la ciudadanía demostraron que no se lo van a poner fácil a Rajoy, su Gobierno. Y también por eso mismo es de esperar que el PP ponga en marcha todas sus armas de destrucción masiva.

A las que como siempre eberemos responder con nuestras armas democráticas, las de los argumentos, el debate, la explicación y todos los mecanismos de mobilización que están en nuestras manos y que conseguimos precisamente para conquistar y defender derechos.

Disculpad los símiles bélicos, pero es que los comportamientos de la bancada popular y sus voceros me los recuerdan insistentemente. No puedo evitarlo, me traen viejos y amargos recuerdos


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